La Dieta Mediterránea recomienda productos no procesados y naturales, como los cereales integrales.
Integral quiere decir que el cereal conserva íntegros todos los elementos que lo componen antes de ser refinado, y que tienen una importante función para la salud, como por ejemplo el salvado.
El salvado protege el grano de los agentes externos, como las bacterias, y preserva sus nutrientes: hidratos de carbono, proteínas, minerales y vitaminas.
Al quitar el salvado se pierden fibras, hierro, zinc, selenio, vitaminas B, E, A.
Integral es mejor
Recientes estudios europeos demuestran que los nutrientes de los cereales integrales tienen un efecto positivo sobre la circulación de la sangre, la glucemia y el colesterol. Son esenciales para controlar el peso, prevenir la obesidad y mantener la buena salud.
La riqueza en fibra alimentaria favorece el buen funcionamiento del intestino, ayuda al metabolismo de las grasas y las proteínas y aumenta la sensación de saciedad.
En la mesa todos los días
Llevar una alimentación equilibrada, es cuestión de introducir en la dieta cotidiana un 50 % de cebada, arroz, maíz, trigo duro y blanco, avena, farro, centeno y mijo, en forma de pan, pasta, galletas y crackers.
La pasta integral es aconsejable también en caso de platos más elaborados y condimentados porque mejora su digestibilidad, así como el pan integral asociado a quesos o embutidos.
Cereales integrales y legumbres son un excelente plato único que proporciona hidratos de carbono y proteínas semejantes a las de la carne.
