Los tomates Pomì son cultivados a dos pasos de la planta de procesamiento por los agricultores del Consorzio Casalasco del Pomodoro, alma infatigable de la cadena productiva Pomì.
En el corazón de la llanura Padana se extienden 7000 hectáreas de cultivos de tomate.
Son los terrenos del Consorzio Casalasco, que reúne a 370 empresas agrícolas con un único objetivo: sembrar, hacer crecer y transformar el mejor tomate de todos los tiempos.
Son los agricultores, con su experiencia y su pasión, quienes se ocupan de cuidar día a día los cultivos asegurando el respeto de la tierra, guardianes de un know how che solo la sabiduría transmitida de generación en generación es capaz de conservar, dentro de una cadena productiva italiana 100 % garantizada por el hecho de ser cortísima.
La distancia que separa los campos de las plantas de procesamiento es de apenas 50 kilómetros.
«Trabajamos juntos todos los días», dice Davide Rocca, responsable agronómico de Pomì a propósito de la sinergia entre agricultores y agrónomos. De este modo, los agricultores del consorcio que se ocupan de las tareas del campo son respaldados por los agrónomos Pomì desde la siembra hasta la recolección, en un clima de confianza que va más allá de la simple relación de trabajo.
Y este valor de transparencia llega directamente al consumidor a través de un sistema de trazabilidad que permite recorrer hacia atrás todas las fases del procesamiento del tomate, hasta las mismas manos de los agricultores, garantizando la autenticidad de los productos Pomì y su origen claro y simple: el infinito amor por el tomate de los agricultores del consorcio.
De la pasión de los agricultores nace un tomate hecho con el corazón