La historia de Pomì lleva escrita en su ADN una constante voluntad de renovar un producto de intrínseca calidad: el tomate.
Una historia de innovación que empieza con un envase de cartón y un tomate de una consistencia totalmente nueva. Es esta la primera intuición original de Pomì: un tomate fresco, transformado en salsa concentrada mediante el innovador tratamiento térmico Cold Break y distribuido en un nuevo packaging.
Una verdadera revolución respecto al tomate en envase de cristal o de lata cuyo éxito ha sido decretado por un eslogan esencial y directo —O así. O Pomì—, perfecto para celebrar el espíritu simple pero innovador de Pomì.
El proceso innovador de Pomì parte de su gran interés por las necesidades de diferentes consumidores, que ha dado vida a numerosas variedades de tomate: de un primer tomate con un alto contenido en licopeno, producido prestando atención a los aspectos relativos a la salud, a la creación de una línea completamente biológica.
Pero la mirada al futuro no prescinde en ningún momento del respeto a sus orígenes: a la tierra y a los campos de los que procede el tomate. En las palabras de Costantino Vaia, director general del Consorzio Casalasco del Pomodoro: «Nuestro capital, nuestra fuente de ingresos es la tierra, por eso tenemos que tratarla bien. La tierra es también el lugar donde vivimos, donde viven nuestras familias, y si la tratamos bien vivimos mejor en este ambiente.»
Son precisamente estos valores de calidad y sostenibilidad ética y ambiental los que han permitido a Pomì convertirse en un punto de referencia del made in Italy en los principales mercados internacionales, adquiriendo su propia reconocibilidad dentro del conjunto de las excelencias que distinguen a Italia en todo el mundo.
Así, partiendo de la tierra y mirando siempre hacia adelante, Pomì sigue teniendo algo importante que contar de su historia y su cadena productiva, del trabajo que hay detrás y de los nuevos procesos de calidad que se emprenderán y desarrollarán en el futuro.